La industria de la tercerización brinda oportunidades de trabajo, robustece la competitividad de las empresas, contribuye a que disminuya la brecha de competencias entre el mercado laboral y aquellos empleados que no cuentan con las habilidades requeridas.
Una de las principales ventajas que ofrece la subcontratación es la de satisfacer las necesidades de las empresas en cuanto a personal calificado se refiere. A diario, las nuevas tecnologías, los cambios demográficos, ecológicos y el aumento de la competencia en todos los ámbitos hacen que el profesionalismo y el talento se vuelvan condiciones inestimables e imprescindibles del mercado laboral. Por medio de refinados sistemas de captación de talento, esquemas de capacitaciones permanentes y modelos de empleos temporales, la tercerización asegura la estabilidad laboral de sus trabajadores y da a los patrones la certidumbre de que sus empleados podrán desempeñar cabalmente sus funciones.
Los datos globales son contundentes. En Alemania, por ejemplo, 12% de los nuevos trabajos son tercerizados, cifra que alcanza 19% en Francia y 24% en Brasil.
Complementariamente, debe añadirse que la subcontratación no genera sólo trabajos temporales, sino que en muchas ocasiones constituye un escalón para que el personal encuentre una plaza definitiva. En el 2017, 46% de los trabajadores tercerizados en Estados Unidos consiguió firmar un contrato ordinario, cosa que no hubiera sido posible sin la capacitación y el reclutamiento especializado que ofrecen las empresas dedicadas a administrar el talento humano. En España este porcentaje alcanza a 33% del personal y en Australia a 20 por ciento.
FUENTE: Diario El Economista -Mexico
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